lunes, 20 de enero de 2014

Venezuela va pa´vieja

Juan Carlos Figueroa

El censo confirmó los pronósticos. Venezuela tiene en sus manos lo que los expertos llaman un “bono demográfico”: la mayoría de la población está en edad para trabajar, lo que se traduce en una ventana de oportunidades para la actividad productiva del país. Es un periodo de gracia que ya empezó, pero que tiene sus días contados: el estudio ratificó que la población ya no es tan joven y que en próximas décadas la tercera edad marcará la pauta.
Más de 26 millones 300 mil personas han sido registradas en el XIV Censo Nacional de Población y Vivienda, cerca de tres millones más que las contadas en el censo de 2001.
Luis Gerónimo Reyes, gerente general del INE, informó que 66,5% de la población tiene entre 15 y 64 años. Es el porcentaje más alto, al menos en los últimos 60 años. El promedio de edad de la población es ahora de 26 años, tres años más en comparación a la edad registrada hace una década.
El censo también comprobó el crecimiento de las personas mayores de 64 años: hoy conforman cerca del 5,8% de la población; en 2001, eran 4,8%. Caso contrario, el de la población menor de 15 años: de 33,2% en 2001 bajó a 27,7% este año. Reyes lo ratifica: “Esta tendencia se mantendrá. La población infantil seguirá disminuyendo y la mayor seguirá creciendo”. Venezuela “va pa’ vieja” y los especialistas dicen que ya se deben tomar previsiones.

Natalidad vs. longevidad
María Di Brienza, socióloga del Departamento de Estudios Demográficos de la Universidad Católica Andrés Bello, apunta que el envejecimiento de la población venezolana comenzó en la década de los 70.
Desde entonces, el grupo de personas menores de 15 años se mantiene a la baja y el de mayores de 64 no ha parado de crecer. La deducción lógica: menor promedio de nacimientos y más expectativa de vida.
Según el INE, la esperanza de vida en el país en 1950 rondaba los 55 años. Hoy, 60 años después, el estimado creció a 74 años. Para Di Brienza, las políticas públicas de salud, los avances científicos y mejoras en la condición de vida explican que el venezolano viva más hoy.
En relación a la natalidad, el INE también reseña que en 1950 la mujer venezolana tenía en promedio 6,7 hijos. Los datos preliminares del Censo 2011 revelan que la tasa cayó a 2,6.
El sociólogo Luis Pedro España comenta que este cambio en la estructura reproductiva está directamente relacionado con el proceso de modernización en la sociedad: “La mujer ha ido conquistando espacios en la esfera política y laboral. Ya la maternidad ha dejado de ser su prioridad”. Dice que el promedio seguirá disminuyendo y que lo está haciendo más rápido que en los países desarrollados.
Cada vez más, Venezuela se irá pareciendo a los países europeos. “Por ejemplo, la población de la tercera edad representa un gran peso en España. Es un sector dependiente que no cuenta con una población productiva con suficiente músculo para sostenerla”. La propuesta del aumento de la edad de jubilación y las políticas migratorias para atraer a gente joven son dos hechos que el sociólogo cita para ilustrar el contexto español.
Las proyecciones de Di Brienza indican que en 20 años más, en 2030, el avance del proceso de envejecimiento de la población venezolana será aún más patente: el promedio de personas mayores de 60 años podría pasar a 15%. Reyes, desde el INE, da un plazo de 40 años antes de que lleguemos al nivel europeo.
Pero la Comisión Económica de América Latina y el Caribe (Cepal) coloca una fecha más cercana. En un informe publicado en 2005 sobre la región, pronostica que el bono demográfico venezolano vencerá dentro de 13 años: en 2025.
El economista Ricardo Villasmil destaca que el aprovechamiento de las ventajas de la población joven venezolana representa un gran reto.
Hoy, dice, hay más personas con potencial para producir, ahorrar e invertir en el país. “Pero para que esto sea posible, el Estado debe atender sus demandas”.
Ya no se necesitarán tantas escuelas como hace 50 años, cuando las personas menores de 15 años eran 45,71% de toda la población. “Se necesitará más atención en la educación universitaria”.
El especialista dice que tener una población económicamente activa también presionará en la creación de más puestos de trabajo. Cree, a propósito, que se debe disminuir la inseguridad, la informalidad y precariedad del mercado laboral.
“Además, garantizar el trabajo a los jóvenes hoy, abonará el camino para la próxima transición demográfica. Si no generas empleo suficiente, no podrás costear un sistema de seguridad social para los trabajadores retirados, que será más caro en los próximos años”.
Villasmil cree que se debe replantear el sistema de pensiones para garantizar su financiamiento en el futuro. Según el INE, por cada cuatro personas que entran hoy a la vida económica, una se jubila. Para el año 2040, calculan que esa relación será una a una. Pero es sólo uno de los asuntos a atender. Los especialistas coinciden en alertar, por ejemplo, que el Estado deberá prestar más atención a las enfermedades degenerativas y no tanto en la atención ambulatoria.
El camino está trazado. Los cuatro expertos insisten en que la oportunidad que regala la condición demográfica venezolana es única. Que debe ser aprovechada al máximo mientras se tenga, porque -más temprano o más tarde- terminará. Advierten: es ahora o nunca.



Fuente:http://eltiempo.com.ve

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