martes, 27 de enero de 2015

Papel del gerontólogo como conocedor de la importancia del buen humor y la risa



      El gerontólogo debe estar convencido de estos efectos benéficos de la risa y el buen humor para la salud y ponerlo en práctica en su ejercicio diario; además de su beneficio personal va cultivando su propia longevidad física, mental y social, será una actitud para su alegría espiritual personal. De esto también la sabiduría popular tiene mucho que decir y de los hebreos encontramos esta afirmación: un corazón alegre es una buena medicina, pero un espíritu  deprimido seca los huesos.  Así mismo, la sabiduría de los chinos, valorando su salud, decían: Si el hombre tiene risa, ¿Qué necesidad tiene de medicamentos? (Gregorio D., 1997).

     Todos nosotros, niños, jóvenes, adultos y mayores tenemos una energía interior, un niño enérgico vivo y alegre por dentro al que hay que conocer y con el que hay que jugar. Este niño interior nos produce emociones positivas y nos fomenta el espíritu alegre y buen humor. Ese niño interior activo y alegre muchas veces queda solapado y oculto cuando enfrentamos la vida cotidiana con el modelo de sentimiento, pensamiento y comportamiento de “padre” o “adulto”.

     ¿Por qué no nos reímos más? ¿Por qué hay gente que nunca se ríe? Referida la implicación del análisis transaccional en el tema de la risa, también podemos comentar otros factores relacionados. No nos reímos más porque, si bien es verdad nadie nos enseña a reír, cuándo, cómo y dónde reír; reafirmamos que es otro tema más de la vida cotidiana donde influye y está muy implicada su educación. Pero también debemos  retomar en cuenta la influencia contagiosa de la risa y del buen humor, como se puede ver, pues quien procede de una “familia reidora” tendrá la risa más fácil que quien provenga de ambientes más “serios y ceñudos”.  Se  ha referido también que suelen ser más rígidos cuanto más elevado sea el “estatus social” de la persona en cuestión: esa parece ser una de las razones por las que ríe más fácil y estruendosamente el pueblo que la aristocracia (Berenguela, 1994).

     Hoy día debemos ser nuestro propio terapista. Debemos comenzar a ejercitar y fomentar nuestra risa, sonrisa y nuestro buen humor como terapia personal más. No cuesta nada, pero da mucho a favor de nuestro bienestar. Vayamos de la teoría a la práctica, ensayemos con la sonrisa, podemos comenzar con un ja-ja, al despertarnos miremos nuestras caras al espejo sonriendo y riendo y notemos esa cualidad facial positiva; conozcamos  su “fuerza curativa”. Vale más apostar por el buen humor y la risa que por la tristeza y la seriedad. Elijamos un día y empecemos a sonreír desde el mismo momento que nos levantemos. Unos “buenos días” con humor y  sonrisa valen mucho más que un “hola”, “que tal”. Tengamos la experiencia de reír con grupos y reforzar, unos con otros, sus beneficios.

     Debemos fomentar un ambiente de buen humor, alegría y felicidad en el hogar. ¿Qué puedo hacer para que mi hogar, lugar de habitación o de trabajo sea más agradable, cuya ecología humana proporcione o aumente esta bienhumorada? Debemos crear un ambiente que fomente el buen humor y crecerlo día a día; espacios físicos y personas positivas, entusiastas, alegres en nuestros hogares, el porche, el recibo, las habitaciones, el comedor,  los baños, salas y bibliotecas de tertulia; en los lugares de trabajo, oficinas, los hospitales, en las plazas, los transportes, en los estudios de la radio, en fin en todas partes donde existan los encuentros humanos debe permanecer y fomentarse la risa y la sonrisa. Debemos promover una ¡ecología gerontológica del buen humor!. Inventemos nuestro propio ambiente alegre y convenzámonos del dicho popular el cual dice: que una sonrisa es más poderosa que cien refunfuños. La risa y el buen humor son herramientas actitudinales complementarias para el fomento de relaciones saludables entre el profesional gerontólogo y las personas mayores. Son requisitos fundamentales en estos profesionales en la atención gerontológica y además fortalece las relaciones interpersonales saludables y exitosas.



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