martes, 10 de septiembre de 2013

Situación de dependencia

Cuando llegamos a mayores, son muchas las causas que nos pueden llevar a estar ligados a otras personas por estados de falta o pérdida de autonomía física, psíquica o intelectual.No obstante, esto puede suceder a cualquier edad ya que hay varios tipos de dependencia y que se pueden presentar en diferentes grados.

Física: no podemos realizar nuestras funciones corporales y básicas de la vida diaria (tareas domésticas, de higiene, alimentación, control de esfínter, etc...)
Social: cuando dependemos de una o varias personas emocionalmente para refugiarnos en una pérdida humana.
Económica: pasamos a ser miembros dependientes de un hogar.
Mental: perdemos nuestra capacidad de tomar decisiones propias Es importante por lo tanto hacer todo lo que esté en nuestra mano para evitar la situación de dependencia llevando hábitos de vida saludables porque existe una clarísima interrelación entre salud y dependencia, y si ya se ha llegado a la presencia de la dependencia, unos cuidados sanitarios adecuados son esenciales para la adecuada adaptación de la persona a la situación y que no agrave, mejorando su calidad de vida.
El porcentaje de personas con limitaciones aumenta conforme aumenta la edad, especialmente se acelera alrededor de los 80 años.
¿Cómo darnos cuenta de si hemos llegado a una situación de dependencia?
Si de un tiempo a esta parte la persona ha cambiado sus costumbres respecto a ciertos hábitos, convendría asistir a un médico de atención primaria, que será quien remitirá al paciente al Geriatra.

Funciones corporales:

- Somos incapaces de servirnos y comer solos.
- Hemos dejado de salir a la calle por sentirnos incapaces.
- Tenemos dificultades para desplazarnos por nuestra propia casa.
- Hemos dejado de tener un aseo frecuente y eficaz, lavándonos ciertas partes del cuerpo con dificultad consciente o inconscientemente.
- No somos capaces de vestimos correctamente solos, o bien necesitamos ayuda para determinadas labores en concreto como anudarnos los cordones de los zapatos, abotonarnos una camisa...
- Se producen pérdidas de orina o de heces.

Funciones Socio-cognitivas:

- Llegamos a confundir a personas.
- Nuestra capacidad comunicativa nos dificulta pronunciar o construir frases correctamente.
- Confundimos las horas, los días o las estaciones del año.
- Hemos perdido gran parte de nuestro sentido de la orientación.
Debemos tener en cuenta que muchas de estas alteraciones son corregibles y en todos los casos hay que evitar que la dependencia vaya a más.

Fuente: http://www.tercera-edad.org/

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