lunes, 31 de marzo de 2014

Mito 5 del envejecimiento

 Los mayores no tienen nada para aportar

En realidad, las personas de edad hacen un sinnúmero de aportes a sus familias, sociedades y economías. La opinión común que perpetúa el mito mencionado tiende a
centrarse en la participación en la fuerza laboral y su disminución con el aumento de la edad. En general se da por sentado que la merma del número de personas de edad con ocupación remunerada obedece a una disminución de la capacidad funcional relacionada con el envejecimiento. Sin embargo, una capacidad funcional en disminución no es en absoluto sinónimo de incapacidad laboral. De hecho, las
exigencias físicas de muchos trabajos han disminuido gracias a los adelantos tecnológicos, con lo cual las personas gravemente discapacitadas pueden seguir siendo económicamente productivas. Además, el hecho de que haya menos personas de edad en trabajos remunerados a menudo obedece más a desventajas de educación y capacitación.
La creencia tan difundida de que las personas de edad no tienen nada que aportar también parte de la noción de que sólo cuentan las ocupaciones remuneradas. Sin embargo, las personas de edad ocupadas en tareas no remuneradas, incluidas la agricultura, el sector informal y los trabajos voluntarios, hacen aportes importantes. Muchas economías en todo el mundo dependen en gran medida de esas actividades, pero pocas de éstas se incluyen en la evaluación de las actividades económicas nacionales, con lo cual el aporte hecho por los ciudadanos de más edad a menudo pasa inadvertido y se lo infravalora.

La valoración de lo que tienen para ofrecer las personas de edad implica:
- reconocer la participación de dichas personas en el desarrollo
-  permitirles participar en actividades voluntarias
-  apoyar las contribuciones que hacen a la sociedad, y en particular a sus actividades de atención
-  fomentar las oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida.

Trabajos remunerados y no remunerados
Por necesidad financiera, muchas personas de edad, sobre todo en países en desarrollo, trabajan en actividades de producción agrícola hasta muy entradas en años. Se trata, en su mayoría, de mujeres, porque muchas actividades agrícolas, incluidas las relacionadas con los cultivos y la crianza de animales, son inseparables de las tareas domésticas.
El trabajo en el sector informal es difícil de medir, porque no forma parte de la economía de mercado y, por ende, muchas veces es "invisible". Según lo define la Organización Internacional del Trabajo, dicho sector está compuesto en general por "actividades en pequeña escala con base en el autoempleo, con o sin trabajadores contratados". Por lo general, ello incluye ocupaciones mal remuneradas, como el menudeo, la venta callejera de alimentos y los trabajos domésticos. Muchas personas de edad, especialmente en el mundo en desarrollo, se mantienen a sí mismas y a otras trabajando en dicho sector. Éste también abarca las actividades de atención
en el seno de la familia, incluido el suministro de albergue y atención infantil y de salud. Por ende, las personas de edad les proporcionan a sus nietos albergue, alimentos y educación, y les transmiten valores culturales, permitiéndoles a las madres ingresar en la fuerza laboral.
El cuidado de los cónyuges o los familiares enfermos es una actividad que suelen
desempeñar mujeres de más edad, si bien está aumentando el número de hombres de edad que también las desempeñan. Incluso en los países desarrollados, el cuidado de los enfermos crónicos está mayormente a cargo de familiares que proporcionan una atención informal. A menudo dicha atención sigue siendo "invisible" porque no se la cuantifica ni se le asigna un valor en las cuentas nacionales.
Tanto en los países desarrollados como en las naciones en desarrollo, los adultos mayores con aptitudes se desempeñan a menudo como maestros y líderes comunitarios a título voluntario.
Otro ejemplo es el servicio de los ejecutivos de edad, en el cual expertos jubilados se ofrecen para proporcionar asesora-miento, realizar negocios y suministrar adiestramiento a título gratuito.
Son muchas las organizaciones de voluntarios de distintas partes del mundo que no funcionarían sin el aporte de las personas de edad.


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